Después de la emoción de alto octanaje de su exitosa campaña en la Leagues Cup y la emoción de su remontada en la semifinal de la US Open Cup, Inter Miami y Lionel Messi se ponen manos a la obra el sábado.

La temporada regular de la Major League Soccer regresa de lleno con Miami, que viaja a los New York Red Bulls, ante la dura tarea de escalar desde el último lugar de la Conferencia Este hasta los puestos de playoffs.

Antes del parón por la Leagues Cup – y de la llegada de Messi junto a Sergio Busquets y Jordi Alba – Miami llevaba 11 partidos sin ganar en la MLS con el peor balance de toda la liga.

En la mayoría de las ligas del mundo, un equipo en esa posición se concentraría únicamente en evitar el descenso de la máxima categoría.

Pero la MLS no tiene descensos y en cambio tiene un sistema de playoffs que aún podría ofrecer una manera para que el nuevo Miami, bajo el mando del entrenador argentino Gerardo ‘Tata’ Martino, compita por el título: la Copa MLS.

Los nueve primeros clasificados de cada conferencia obtienen un lugar en los playoffs y los siete primeros pasan a la primera ronda, al mejor de tres series de juegos. Los equipos octavo y noveno se enfrentarán en un partido de eliminación simple con comodines para pasar a la primera ronda.

Miami está actualmente a 14 puntos del noveno lugar cuando quedan 12 partidos y, por lo tanto, tiene poco margen de error en el resto de la temporada.

Pero la forma que ha mostrado desde la llegada de Messi y sus dos excompañeros del Barcelona, ​​invictos en ocho partidos, aunque ganaron tres de sus eliminatorias por penales, sugiere que tal avance hacia los playoffs no está fuera de discusión.

Será un largo camino para cambiar la temporada del Inter en la MLS y, para aumentar la dificultad de la tarea, Martino admitió después de la victoria del miércoles sobre Cincinnati en la Copa Abierta de Estados Unidos, que su hombre estrella estaba entre los que sintieron el ritmo de su reciente esfuerzos.